Está en varias escrituras: En la parábola de los talentos, en el sueño de Juan, y en otros, aunque más crípticamente.
Nuestro espíritu es eterno y en esos escritos (además de en Génesis) se revela qué tenemos que hacer para que a nuestra próxima muerte ascendamos un escalón hacia Dios, y no descendamos alejándonos de Él.
Dios, para diferenciarnos de los animales nos regaló el "árbol del conocer y decidir", cuyo objetivo es que produzcamos más que lo que le consumimos al mundo, de manera que "aparezca" un fruto, un excedente, que nosotros creamos que es para nosotros, pero que en realidad es para Él.
Cuando Jesús dice que Dios "cosecha donde no siembra" y que "sobre mucho le pondrá" a quien más multiplique Sus frutos, se refiere precisamente a esto que quiero explicar.
¿Para qué quiere Dios nuestros frutos?
Cualquier persona, si cuenta con mas dinero que lo que le costó producirlo, seguramente buscará maestros para que sus hijos desarrollen las ciencias y las artes. Eso es lo que quiere Dios.
Que ayuden a la Creación mejorándola y aumentándola.
Antes los que cosechaban esos frutos eran los empleadores, pero desde hace 60 años los cosecha el Estado. Ninguna de esas cosechas les sirven a Dios y no las quiere. Quiere que cada uno coseche sus frutos y haga lo que quiera. A quienes lo logran Dios les concede felicidad plena y sustentable y les regala mucha suerte para que cada vez trabajar se vuelva más placentero.
Está bien pensado.
Al retener la tercera parte de las ganancias de las empresas, el populismo se queda con la diferencia que corresponde al personal. Todo populismo hace eso.
Esa diferencia debe ser entregada inmediatamente al obrero de Dios, para que retro-alimente el progreso.
Ojo populismos!
Todo lo que hace el humano es voluntad de Dios. Lo único que no debe hacer es consumir más que lo que entrega a la Creación. Para eso nos puso Dios, para crear como Él.
El único pecado al que accede el humano es comerse el fruto del árbol del conocer y decidir. Utilizar la ilusión del ego para producir y consumirse todo como animal.
Dios no quiere que te coman tu prosperidad, porque es Suya. Reutilízala!.
Tu trabajo tiene un precio y un costo. La diferencia se llama "fruto del árbol del conocer y decidir". No es otra cosa que Creación de Dios, aunque tú creas que es tuya.
Hoy, desde la revolución industrial, toda la humanidad se está comiendo ese fruto, porque no accede a esa diferencia. Es el pecado capital. No hay otro pecado, o mejor dicho todos los demás pecados se resumen en ése.
Matar, robar, es consumir más que lo que haces. Eso es exactamente lo que no debes hacer.
El mundo está condenado debido a ese pecado
¿Por qué crees que la mitad de la humanidad es pobre?
El ser humano vino para conquistar la Creación, no para ser pobre.
Este blog revisa la doctrina social en vigencia y propone la Ley de la SINERGIA, el cambio que necesita nuestra sociedad orientado hacia una Cuarta Postura, hacia la filosofía de la libertad, también denominada la simbiosis productiva de capital y trabajo. Cuestiona la doctrina asistencialista que es una especie de dogma artificial, y propone la Doctrina de la Ganancia, inspirada en la parábola de los talentos. Ing. Néstor González Loza Argentina WhatsApp +54 9 280 4715195
lunes, 27 de octubre de 2014
sábado, 18 de octubre de 2014
Las campanas doblan por ti
Las escrituras dicen que tus acciones buenas te ascienden y las malas te descienden.
Algunos traductores han entendido defectuosamente y escribieron: "vas al cielo" y "vas al infierno"
Pero resulta que es una parábola de un proceso gradual.
Seguramente alguna vez te has preguntado...
¿Tienes vocación?
¿Tienes preferencia de género compatible?
¿Tienes la suerte que te mereces?
Eso demuestra que cuando naciste, un muerto reinició una nueva vida, un muerto, que eres tú. Las campanas doblan por ti.
Un gay, por ejemplo, es una persona de mayor nivel espiritual que al morir de su vida anterior optó por el éxito resignando la preferencia de género. ¿Conocen ustedes un gay que no tenga éxito en sus propósitos?
Todos llevamos más de mil vidas. Algunos suben un escalón cada vez y otros lo bajan.
Si sus acciones fueron más que sus consumos, ascienden. Y viceversa.
El vaticano jamás aceptó que nuestro espíritu abandona un cuerpo e inmediatamente ingresa en otro cuyo porvenir prometa ser similar al anterior.
Cuando una persona muere, su espíritu "busca" un recién nacido cuyo ADN tenga idéntica propensión al éxito que el alcanzado luego de sus acciones al final de la vida.
Llegará el día que pueda saberse quién fuiste en la vida anterior, cuando podamos mensurar en el ADN la propensión al éxito, y hacer el registro civil.
A niveles altos la transmigración es más difícil, y por eso algunos deben resignar su preferencia de género para continuar en su carrera alcista. Es el indicio que nos permite hoy conocer el mecanismo.
Pero la mayoría de los espíritus encuentran un cuerpo del mismo sexo.
¿Nunca soñaron con una escalera? Es la escalera de Jacob, un sueño reiterativo que enseña ese camino.
"Llegando a cierto lugar, se dispuso a hacer noche allí, porque ya se había puesto el sol. Tomó una de las piedras del lugar, se la puso por cabezal, y acostóse en aquel lugar. 12 Y tuvo un sueño; soñó con una escalera apoyada en tierra, y cuya cima tocaba los cielos, y he aquí que los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. 13 Y vio que Yahveh estaba sobre ella, y que le dijo: «Yo soy Yahveh, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac. La tierra en que estás acostado te la doy para ti y tu descendencia. 14 Tu descendencia será como el polvo de la tierra y te extenderás al poniente y al oriente, al norte y al mediodía; y por ti se bendencirán todos los linajes de la tierra; y por tu descendencia. 15 Mira que yo estoy contigo; te guardaré por doquiera que vayas y te devolveré a este solar. No, no te abandonaré hasta haber cumplido lo que te he dicho.» 16 Despertó Jacob de su sueño y dijo: «¡Así pues, está Yahveh en este lugar y yo no lo sabía!» 17 Y asustado dijo: «¡Qué temible es este lugar! ¡Esto no es otra cosa sino la casa de Dios y la puerta del cielo!» 18 Levantóse Jacob de madrugada, y tomando la piedra que se había puesto por cabezal, la erigió como estela y derramó aceite sobre ella. 19 Y llamó a aquel lugar Betel, aunque el nombre primitivo de la ciudad era Luz."
Algunos traductores han entendido defectuosamente y escribieron: "vas al cielo" y "vas al infierno"
Pero resulta que es una parábola de un proceso gradual.
Seguramente alguna vez te has preguntado...
¿Tienes vocación?
¿Tienes preferencia de género compatible?
¿Tienes la suerte que te mereces?
Eso demuestra que cuando naciste, un muerto reinició una nueva vida, un muerto, que eres tú. Las campanas doblan por ti.
Un gay, por ejemplo, es una persona de mayor nivel espiritual que al morir de su vida anterior optó por el éxito resignando la preferencia de género. ¿Conocen ustedes un gay que no tenga éxito en sus propósitos?
Todos llevamos más de mil vidas. Algunos suben un escalón cada vez y otros lo bajan.
Si sus acciones fueron más que sus consumos, ascienden. Y viceversa.
El vaticano jamás aceptó que nuestro espíritu abandona un cuerpo e inmediatamente ingresa en otro cuyo porvenir prometa ser similar al anterior.
Cuando una persona muere, su espíritu "busca" un recién nacido cuyo ADN tenga idéntica propensión al éxito que el alcanzado luego de sus acciones al final de la vida.
Llegará el día que pueda saberse quién fuiste en la vida anterior, cuando podamos mensurar en el ADN la propensión al éxito, y hacer el registro civil.
A niveles altos la transmigración es más difícil, y por eso algunos deben resignar su preferencia de género para continuar en su carrera alcista. Es el indicio que nos permite hoy conocer el mecanismo.
Pero la mayoría de los espíritus encuentran un cuerpo del mismo sexo.
¿Nunca soñaron con una escalera? Es la escalera de Jacob, un sueño reiterativo que enseña ese camino.
"Llegando a cierto lugar, se dispuso a hacer noche allí, porque ya se había puesto el sol. Tomó una de las piedras del lugar, se la puso por cabezal, y acostóse en aquel lugar. 12 Y tuvo un sueño; soñó con una escalera apoyada en tierra, y cuya cima tocaba los cielos, y he aquí que los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. 13 Y vio que Yahveh estaba sobre ella, y que le dijo: «Yo soy Yahveh, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac. La tierra en que estás acostado te la doy para ti y tu descendencia. 14 Tu descendencia será como el polvo de la tierra y te extenderás al poniente y al oriente, al norte y al mediodía; y por ti se bendencirán todos los linajes de la tierra; y por tu descendencia. 15 Mira que yo estoy contigo; te guardaré por doquiera que vayas y te devolveré a este solar. No, no te abandonaré hasta haber cumplido lo que te he dicho.» 16 Despertó Jacob de su sueño y dijo: «¡Así pues, está Yahveh en este lugar y yo no lo sabía!» 17 Y asustado dijo: «¡Qué temible es este lugar! ¡Esto no es otra cosa sino la casa de Dios y la puerta del cielo!» 18 Levantóse Jacob de madrugada, y tomando la piedra que se había puesto por cabezal, la erigió como estela y derramó aceite sobre ella. 19 Y llamó a aquel lugar Betel, aunque el nombre primitivo de la ciudad era Luz."
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