viernes, 31 de agosto de 2012

El individualismo ¿motor social?


¿Qué puede hacer el gobierno para poner en marcha nuestro maravilloso motor y navegar?

Escuchen esta historia:
Un emprendedor se sentía capaz de generar 10 empleos y estaba evaluando un posible emprendimiento.

"Mi capital en el banco me está rindiendo bien (muestra un billete de $10).
Pero lo voy a sacar para comprar un galpón.
(Ahora utiliza billetes para poder graficar su discurso)
Si el emprendimiento me rindiera $20, es decir $10 más para amortizar, mantener, asegurarlo y tributar, me embarco.
Compraré el galpón y $50 de materias primas, a las que agregaré valor pagando $10 en total a mis 10 empleados.
Con esa conformación empresaria creo que puedo facturar lo suficiente para cubrir todos mis costos.
Repasemos: ¿Cuánto debo facturar para salir derecho?
$50 de materia prima, $20 para poner mi capital a resguardo y $10 para pagar al personal".

Así fue que instaló su negocio y funcionaba tan bien que muy pronto llegó a facturar los $80 necesarios.

Sin embargo, pasado un tiempo se entusiasmó y quiso duplicar la renta que su capital percibiría en el banco. Además sus empleados estaban viviendo bien pero tampoco les sobraba nada.
De manera que se le ocurrió una idea. Entonces los reunió y les dijo:

"Si se esfuerzan un poco y desarrollan su creatividad, ambos sabemos que pueden producir mucho más.
Sin incorporar más empleados, en este mismo galpón y sin aumentar las horas de trabajo podrían producir el doble. Yo compraría el doble de materias primas y así podríamos facturar $160 en lugar de los actuales $80.
En caso de lograrlo me comprometo a lo siguiente:
De esa facturación retiraré los $100 para materias primas, los $20 pesos para salvar los costos de mi capital y los $10 para pagar vuestros sueldos; y entonces sobrarán $30 que voy a adjudicar proporcionalmente a los costos, es decir ustedes duplicarán su sueldo por efecto de esa participación en las ganancias.
Si producimos el doble, la ganancia será el doble para todos.
$50 y $50 para la materia prima,
$20 para mis costos y $20 para mí,
$10 para sus sueldos y $10 más como premio.

Y si produjésemos el triple, la ganancia sería el triple para todos!
Todo lo que lográsemos por encima de la producción de equilibrio, ¡sería nuestro!"

En medio del entusiasmo, uno de sus empleados intervino:

"Estamos dispuestos a hacer el esfuerzo y a poner a disposición de la empresa toda nuestra creatividad, pero quizás esta nueva actitud de ambos podría tener un castigo fiscal. Porque de los $30 que sobran, a usted le cobrarán $10 como impuesto a las ganancias. ¡Qué casualidad! Pareciera que precisamente fueran nuestros futuros $10"

El empresario advirtió entonces que para participar a su personal tendría que resignar de su propia ganancia y dijo:

"¿Cómo? ¿Ustedes trabajarán más y los únicos que se beneficiarán serán esos indolentes que viven del Estado?".

Entonces el empleado protestó.
"¿Se da cuenta por qué nosotros nos hemos convertido en una carga? Ya no somos un recurso. Dejemos todo como está. No nos molesta tanto vivir sin esperanzas, pero no nos exija esfuerzo adicional. Los economistas nos han tomado por idiotas".

"Podemos hacer algo mucho mejor", dijo el empresario. "Le pediremos al Estado que a esos $10 que nos sacaría los deposite en vuestras cuentas de ahorro, porque eso les va a acarrear beneficios impensados, no sólo a ustedes sino al Estado. Vean por qué:
Yo como empresario voy a duplicar la renta de mi capital y eso hará que a corto plazo piense en encarar un nuevo emprendimiento con 10 empleados más. Si eso fuese imitado por todas las empresas, el desempleo, que tanto le cuesta al Estado sencillamente desaparecería. Desaparecido el desempleo, la sociedad resuelve todos sus problemas.Todo lo malo que nos sucede hoy se arreglaría mágicamente. Y al Estado en todos sus niveles le sobrarían fondos hasta para poner a los empleados públicos al nivel de los empleados privados".
Vive momentos horribles nuestra especie humana, pero no perdamos las esperanzas porque aún es posible salir de esta crisis. Nos queda una magia que consiste en una ingeniosa modificación de normas. A nadie le costará dinero, y no será necesaria una sangría de "culpables". Si analizamos bien, veremos que a esta altura de las cosas ya no hay culpables, sólo hay doctrinas equivocadas.Aún somos pocos quienes consideramos que el gran error que perpetra la actual doctrina es menoscabar el individualismo. Pero no el individualismo de uno sino el de todos, un motor que nos han apagado al considerar que el colectivismo es la panacea para la solución de los problemas sociales.


Toda acción humana busca una ganancia. Los asalariados primero la buscan poniéndose a favor de su empresa. Pero como no la encuentran, la buscan poniéndose en contra de su empresa.
Eso envenena a la sociedad y entonces los Estados tienen que tomar medidas populistas que terminan endeudándolos en forma impagable. Para salir de esta ciénaga, hay que utilizar el dinero del impuesto al beneficio empresario para participar al personal propio y de terceros de cada empresa.

Decimos "Siembra, y Cosecharás", pero la doctrina vigente dice, "Siembra, nosotros cosechamos pero cubrimos tus necesidades para que mañana estés dispuesto a seguir sembrando".
Eso no es sustentable y la gravedad de la situación generada por ese error, no merece comentarios.
La doctrina actual no aporta nada nuevo en la profundidad de las relaciones laborales.
Hay una nueva doctrina que creo sacará al mundo de esta crisis global. Ha sido expuesta ante muchos politicos con poder, muchos políticos sin poder, muchos economistas y la respuesta unánime y comprensible fue: Estás equivocado. Pero no les conviene que la sociedad se armonice.
Como dije al principio de este mensaje, es posible salir de esta crisis y para eso es importantísimo que usted ayude en la difusión de este libelo. Véalo nuevamente y analice si puede jugar ese importante rol.
http://proyectoactitud.com

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