miércoles, 25 de octubre de 2017

¿Cómo explicar la Cuarta Postura?

Todo ser humano tiene un mandato supremo: "Producir más que lo que consume y cobrar la diferencia" Ante cualquier frustración, comienza a producir menos que lo que consume y otro tiene que asistirlo! Por eso es imprescindible que las relaciones laborales contemplen este axioma, o la sociedad entera se extinguirá.

A partir de la revolución industrial el laburante ya no cobró por lo que hacía sino por lo que necesitaba. A la diferencia se la quedaba el empleador.
A eso le llamamos PRIMERA POSTURA o capítalismo.

Los conflictos que eso generó fortalecieron las organizaciones obreras que creyeron atinado que los empleadores dejaran de tener protagonismo y les expropiaron las empresas.
Este sistema colapsó porque la falta de incentivo espiritual provocó una terrible escasez.
A eso le llamamos SEGUNDA POSTURA o socialismo.

Luego de la segunda guerra mundial se logró imponer la doctrina social de la iglesia, que mantuvo las empresas para sus dueños pero les encajó el Impuesto al Rédito empresario mediante el cual la parte que correspondía al personal de las empresas pasó a ser administrada por los Estados.
A eso le llamamos TERCERA POSTURA o populismo.

Hoy, el avance de las comunicaciones permite identificar precisamente a quién corresponde cada dólar del magnífico Impuesto a los réditos.
Porque las ganancias son generadas por capital y trabajo proporcionalmente a sus respectivos costos.
Ello permite asignar a cada empleado una PARTICIPACIÓN EN LAS GANANCIAS 
Además, para que la confianza sea mutua, el empleado contabilizará lo que cobre a fin de año como anticipo de su eventual indemnización comprometiéndose así a colaborar en el objetivo común de toda la empresa.
Es la CUARTA POSTURA, la economía del futuro. 
El impuesto a las GANANCIAS que pagan ya las empresas será utilizado para participar GANANCIAS al personal de esa empresa.
No es capitalismo, ni comunismo ni  populismo.
Es liberalismo en su máxima expresión porque abarca a todas la personas, no sólo a los empresarios.


martes, 5 de septiembre de 2017

La ley del Espíritu

 Así como el cuerpo debe respetar las inexorables leyes físicas, el espíritu respeta una ley muy especial y productiva: La ley del Karma
Para empezar tenemos que definir al ser humano como un espíritu trascendente con un cuerpo mortal.
Esto ya fue "demostrado" en el artículo anterior.

 Si quisiéramos expresar la ley  del Karma diríamos que ese "árbol de conocer y decidir", esa maravilla que nos anima, tiene como misión brindarle al mundo más que lo que tome de él y cobrar exactamente por ello.

Cuando lo logra, al momento de cambiar de cuerpo, asciende un escalón de la escalera de Jacob.
Aunque suene antipático cada uno de nuestros espíritus (durante una vida) ocupa uno de esos escalones, es decir que tiene una determinada potencia.

Cada escalón tiene un número y los primeros seicientos escalones están reservados para los espíritus jóvenes, los que han transcurrido pocas vidas desde que estuvieron en un animal, especialmente en alguna mascota.

 Los siguientes sesenta escalones están reservados a los emprendedores, esas personas capaces de guiar al menos a diez personas de los escalones anteriores.

 Los siguientes seis escalones están reservados a los líderes, personas capaces de guiar al menos a diez emprendedores.

Los escalones superiores están reservados a los senseis, a los sabios y a los santos.

 La ciencia está por descubrir (cromosoma Xq28) que el número de escalón está grabado en el ADN de cada persona, único eslabón entre el cuerpo y el espíritu.

 Entonces, cada espíritu cuando se queda sin cuerpo es analizado por la ley del Karma para determinar qué escalón le tocará en la próxima vida y encuentra mágicamente un recién nacido de progenitores que componen entre ambos ese nuevo número.

Así, la escalera de Jacob es una marcha constante de espiritus que ascienden y descienden eternamente.

 No pasará mucho tiempo para que ese proceso pueda ser monitoreado digitalmente y así poder poner a los recién nacidos el nombre de su espíritu.


 Pero ahora vayamos a lo más interesante, ¿cómo podemos sacar ventaja de esta ley?

 Resulta que el dinero es una simulación de esta ley del Karma y su administración, cuanto más se asemeje a ella, más beneficios nos dará.

 Sabemos que el cuerpo, para poder estar apto para el trabajo cotidiano necesita una serie de bienes y servicios que podrían englobarse en lo que denominamos sueldo.

 El espíritu en tanto, para tener ganas de trabajar, debe percibir en dinero los excedentes que pudo generar ese año.
 Es imperioso entonces que se legisle cuanto antes respecto de la participación en las ganancias porque es el acicate de los espíritus que van a generar recursos sustentables sin límite.

 Debido a una curiosa cabriola del destino, hoy existe el Impuesto a las Ganancias de las Empresas, que no es otra cosa que la participación en las Ganancias que se dejó de pagar al personal de esa empresa.

 El populismo nos hizo un pase gol. 


Hay que utilizar el dinero que se recauda por Ganancias de todas las empresas para participar Ganancias al personal propio y de terceros de cada una de ellas.
Cuando el impuesto ganancia empresa sea para participar al personal, Argentina será una máquina de prosperar.
Cuarta Postura
El populismo impide la prosperidad del laburante como si fuera pecado.
Mauricio Macri, en cambio, utilizará lo que recauda por Ganancias de todas las empresas para participar Ganancias al personal de la misma.
Lo anunciará pronto y arrasa: Ley de ENTUSIASMO LABORAL

 


lunes, 4 de septiembre de 2017

Cada operario en su empresa, es el modo de mamar

 Dios es intuído por todas las personas, aunque sólo le ven sus tetas.
Los humanos no somos tan mortales. 
Ese "árbol de conocer y decidir" es un sistema metafísico que recibe la información de los sentidos del cuerpo, clasifica esa información, la razona, y toma una decisión ante cada desafío.
Si esa decisión le conviene el mundo, tu espíritu recibe un crédito que nadie te puede quitar.


El árbol del conocer y decidir
Es lo que estás haciendo ahora al escucharme. No es tu cerebro el que me escucha, es tu espíritu que está clasificando la información y a punto de tomar una decisión sobre la misma.

Los frutos de ese árbol son imperecederos, son la diferencia entre lo que entregas al mundo y lo que consumes de él. 
Pero no se comen en esta vida. Quedan como patrimonio para tu próxima vida.

Ahora, te pido disculpas pero tengo que hablar de un tema tabú: 
¿No te parece que los homosexuales debieron tener en su vida pasada un cuerpo del sexo opuesto? Lo que más debemos recordar de nuestra vida anterior es nuestra preferencia sexual.
¿Has advertido que difícilmente quieran ser laburantes sino que buscan ser famosos de éxito? 
¿Será que han vivido muchas vidas y no encontraron un cuerpo de su género, que fuese apto para ascender el nuevo escalón de la escalera de Jacob, para un nuevo desafío.


¿Has advertido que parece que nosotros, los emprendedores estamos en esta vida disfrutando frutos que generamos en vidas pasadas?

Los laburantes (que son bien machos y hembras),
¿advierten que su vocación y preferencias cromáticas y musicales no parecen de esta vida?

Bien, vamos al grano. 
El objetivo excluyente de la vida es trabajar. El ocio no le sirve a tu espíritu eterno. Te derrumba mal.

La paga que reciben los trabajadores en el mundo físico es tan sólo una simulación de ese proceso escalonado y trascendente denominado Karma, las tetas de Dios. 


El dinero es sólo una parábola para que pueda ser entendida por quienes aún no vislumbran la eternidad de los objetivos del Creador.
 Desde la Revolución Industrial esa simulación ha sufrido una importante des-naturalización. El trabajo comenzó a pagarse por su costo y no por su verdadero precio. Es decir que la ganancia por el trabajo humano no quedaba en su verdadero dueño. Nos la quedábamos los empresarios, te lo confieso!

Para resolver los conflictos de clase se apeló a una Segunda Postura, que consistía en sacarnos del medio a los emprendedores, creando una infra-estructura estatal que intentara reconstruir esa simulación. No lo logró porque nadie más quiso producir excedentes para los demás.


Tu cuerpo necesita mantenerse en forma para seguir trabajando y ése es el costo de tu trabajo.
Pero tu espíritu necesita participar en las ganancias para seguir teniendo ganas de trabajar. Ése es el precio de tu trabajo.

El Excedente nunca llegó.



Aunque no lo cobres en esta vida, tu espíritu de todas maneras subirá el escalón.




Hay que utilizar el dinero que se recauda por GANANCIAS de todas las empresas para participar GANANCIAS al personal propio y de terceros de cada una de ellas.



sábado, 26 de agosto de 2017

Cuarta Postura

El populismo impide la prosperidad del laburante como si fuera pecado.
Macri en cambio, utilizará lo que recauda por GANANCIAS de todas las empresas para participar GANANCIAS al personal de la misma.
Lo anunciará en Octubre, antes de las elecciones y arrasa.
Ley de ENTUSIASMO LABORAL

jueves, 9 de marzo de 2017

La reforma tributaria que esconde Macri

Desde hace docientos años el trabajo se viene remunerando sólo por el costo y no por el precio. Y eso genera interminables conflictos.
Pero la nueva especie, en lugar de luchar por lo suyo, por su individualidad, se auto-flageló con una doctrina colectivista que hizo que el Estado confiscara esa diferencia y la usara para "asistencialismo".

Se inventó el Impuesto a las Sociedades (o Impuesto a las Réditos, o Impuesto a las Ganancias de la 3a categoría) que confisca la tercera parte de las ganancias de todas la empresas. Confisca precisamente la parte de las ganancias que resulta ser la diferencia entre el precio y el costo del trabajo de su personal.

Los líderes tienen que advertir el error y re-funcionalizar esa doctrina adjudicando los excedentes a cada uno.

La consigna hoy debe ser GANANCIAS PARA TODOS, siembra, y cosecharás, como explica la "parábola de los talentos".
Tenemos la solución al alcance de nuestras manos pero como la hipocresía es ley, difícilmente se alcance a ver antes de desaparecer como especie.



Ése es el desafío, alguien tiene que ver la salida o estamos fuera. Alguien debe derribar la doctrina destructiva e instalar la nueva.

lunes, 27 de febrero de 2017

Confesiones de un empresario valiente

Cuentan que un empresario convocó a uno de sus empleados a su despacho para hacerle un extraño pedido y una confesión.
¿Sabías que el personal de mi empresa pone en marcha mi capital, y que sin ese aporte desaparecería en 5 años?
Pero no es tu cuerpo el que trabaja.
Tu cuerpo y tu mente son sólo tus herramientas de trabajo.

El que trabaja eres tú, ese famoso "árbol de conocer y decidir", lo que te diferencia de las demás especies. Es tu "conciencia de yo" la que trabaja. 
Tu espíritu maneja tu cuerpo como si fuera por control remoto, desde un nivel misterioso y superior, desde un escalón de una imaginaria escalera que llega hasta el cielo, más conocida como escalera de Jacob.
La escalera de Jacob

Nosotros, los emprendedores, sabemos algo que a los laburantes se les oculta.
Los humanos no somos tan mortales. 
Ese "árbol de conocer y decidir" es un sistema metafísico que recibe la información de los sentidos del cuerpo, clasifica esa información, la razona, y toma una decisión ante cada desafío.
Si esa decisión le conviene el mundo, tu espíritu recibe un crédito que nadie te puede quitar.


El árbol del conocer y decidir
Es lo que estás haciendo ahora al escucharme. No es tu cerebro el que me escucha, es tu espíritu que está clasificando la información y a punto de tomar una decisión sobre la misma.

Los frutos de ese árbol son imperecederos, son la diferencia entre lo que entregas al mundo y lo que consumes de él. 
Pero no se comen en esta vida. Quedan como patrimonio para tu próxima vida.

Ahora, te pido disculpas pero tengo que hablar de un tema tabú: 
¿No te parece que los homosexuales debieron tener en su vida pasada un cuerpo del sexo opuesto? Lo que más debemos recordar de nuestra vida anterior es nuestra preferencia sexual.
¿Has advertido que difícilmente quieran ser laburantes sino que buscan ser famosos de éxito? 
¿Será que han vivido muchas vidas y no encontraron un cuerpo de su género, que fuese apto para ascender el nuevo escalón de la escalera de Jacob, para un nuevo desafío.
¿Has advertido que parece que nosotros, los emprendedores estamos en esta vida disfrutando frutos que generamos en vidas pasadas?

Los laburantes (que son bien machos y hembras),
¿advierten que su vocación y preferencias cromáticas y musicales no parecen de esta vida?

Bien, vamos al grano. 
El objetivo excluyente de la vida es trabajar. El ocio no le sirve a tu espíritu eterno. Te derrumba mal.

La paga que reciben los trabajadores en el mundo físico es tan sólo una simulación de ese proceso escalonado y trascendente denominado Karma. 
El dinero es sólo una parábola para que pueda ser entendida por quienes aún no vislumbran la eternidad de los objetivos del Creador.

 Desde la Revolución Industrial esa simulación ha sufrido una importante des-naturalización. El trabajo comenzó a pagarse por su costo y no por su verdadero precio. Es decir que la ganancia por el trabajo humano no quedaba en su verdadero dueño. Nos la quedábamos los empresarios, te lo confieso!

Para resolver los conflictos de clase se apeló a una Segunda Postura, que consistía en sacarnos del medio a los emprendedores, creando una infra-estructura estatal que intentara reconstruir esa simulación. No lo logró porque nadie más quiso producir excedentes para los demás.


Tu cuerpo necesita mantenerse en forma para seguir trabajando y ése es el costo de tu trabajo.
Pero tu espíritu necesita participar en las ganancias para seguir teniendo ganas de trabajar. Ése es el precio de tu trabajo.
El Excedente nunca llegó
Aunque no lo cobres en esta vida, tu espíritu de todas maneras subirá el escalón.


Se puede demostrar matemáticamente que las ganancias de toda empresa son generadas por capital y trabajo en función de sus costos relativos. 
Como excepción, y sólo si la empresa paga por infraestructura estatal exclusiva, el Estado también sería parte del equipo y podría confiscar una parte de las ganancias.


Ahora, una Tercera Postura conocida como Doctrina Social de la Iglesia, intentó que los excedentes generados por el capital fuesen intangibles pero que los del trabajo fuesen administrados por el Estado "solidario".

Para eso instituyó el famoso Impuesto a los Réditos Empresarios. 
Pero no apuntó al verdadero objetivo de la simulación, que era que los excedentes del trabajo humano quedaran en el individuo, en el espíritu que los generaba.
Apuntó a una formalidad discrecional.
¡Pero si a la participación en las ganancias no la cobrás vos sino el Estado, a mí me matás, me quebrás!

Sin embargo, la doctrina social de la iglesia logró lo que nadie antes!:

Identificó, mensuró y separó el fruto del trabajo, el famoso fruto de tu "árbol de conocer y decidir" que el Génesis te indica no comer para no transformarnos en esclavos.


Es el pecado que venimos cometiendo desde la revolución Industrial.
Inadvertidamente, en ese momento el porcentaje esclavo aumentó al 90%.

Pero...la doctrina social de la iglesia NOS HIZO UN PASE GOL!

 Para concluir, estamos en un momento especial, ante una última oportunidad de reconstituir la simulación del Karma.
 Sólo tenemos que utilizar el dinero del Impuesto al Rédito Empresario para participar ganancias al personal de esa empresa. 
¡Es decir que la tercera parte de las ganancias de nuestra empresa será para el personal! No para el Estado!
Es la Cuarta Postura, el regreso al ENTUSIASMO LABORAL


Mirá el proyecto de ley  que puede ingresar en el congreso el 1° de mayo.
Necesito que me ayudes a convencer a Macri que la presente al Congreso.
http://proyectoactitud.blogspot.com/2013/11/la-ley-que-acabara-con-el-populismo.html


Un abrazo, y buena suerte amigo.

viernes, 17 de febrero de 2017

¿Cuándo se perdió el entusiasmo laboral?



¿Qué pecado cometimos para que el trabajo fuera una esclavitud en vez de una fuente de prosperidad?

La escandalosa degradación de la especie humana (obra cumbre de Dios), nos obliga a escudriñar en los más profundos pliegues de su creación.

El objetivo excluyente de la vida es trabajar.

La paga que reciben los trabajadores en el mundo profano es tan sólo una simulación de otro proceso sagrado. Es una parábola (como la de los talentos) que pueda ser entendida por quienes aún no vislumbran la eternidad de los objetivos del Creador.


 Desde la Revolución Industrial esa simulación ha sufrido una importante des-naturalización. El trabajo comenzó a pagarse por su costo y no por su verdadero precio. Es decir que la ganancia por el trabajo humano no quedaba en su verdadero dueño.

Para resolver los conflictos se apeló a una Segunda Postura , que consistía en crear una infra-estructura estatal que intentara reconstruir esa simulación. No lo logró porque se dejó de producir excedentes.

 Luego una Tercera Postura, la Doctrina Social de la Iglesia, intentó que los excedentes generados por el capital fueran intangibles y que los del trabajo fuesen administrados por el Estado.
Para eso se instituyó el famoso Impuesto a los Réditos Empresarios.
No apuntó al verdadero objetivo de la simulación, que era que los excedentes del trabajo humano quedaran en el individuo, en el espíritu que los generaba.

Apuntó a una formalidad discrecional pero logró lo que nadie antes: 
Aisló el fruto del trabajo, el fruto de ese árbol de conocer y decidir que el Génesis indica no comer para no transformarnos en esclavos.

Es el pecado que venimos cometiendo desde la revolución Industrial.
Inadvertidamente, en ese momento el porcentaje esclavo aumentó al 90%.

 Para concluir, estamos en un momento especial, ante una última oportunidad de reconstituir la simulación del Karma.
 Sólo tenemos que utilizar el dinero del Impuesto al Rédito Empresario para participar ganancias al personal de esa empresa. 
Es la Cuarta Postura, el regreso al ENTUSIASMO LABORAL

Vea el proyecto de ley  que ingresará en el congreso el 1° de mayo
http://proyectoactitud.blogspot.com/2013/11/la-ley-que-acabara-con-el-populismo.html

jueves, 5 de enero de 2017

Carta Abierta a Dujovne

CARTA ABIERTA al
Señor Presidente de la
Comisión de Análisis para  la Reforma Tributaria
Don Nicolás Dujovne:

Por sugerencia del Dr. Domingo Cavallo le presento una propuesta intentando sumar al importante análisis que vuestra misión implica para nuestro país.
Consiste en una revisión profunda de la doctrina que ha inspirado nuestra legislación tributaria y laboral y que a pesar de sus buenas intenciones ha dilapidado crecientemente  la potencialidad productiva del 90% de los protagonistas del proceso productivo: los empleados de la mayoría de los emprendimientos.
Los detalles están expresados en el libro "Siembra, y Cosecharás" (que puede leerse en la web) donde se investiga sobre las motivaciones naturales  que entusiasman al hombre común como para involucrarse con los resultados de los emprendimientos, sin aumentar sino disminuyendo los costos de producción.
Conociendo ese  objetivo vital, y cuyo apartamiento podría ser la causa de este desequilibrio social, veamos cómo podemos retornar a la natural armonía.

Este desequilibrio apareció cuando el trabajo comenzó a remunerarse por su costo (no por su precio), error que al principio de la revolución industrial  cometieron los emprendedores.
Los laburantes no podían prosperar trabajando lo que comenzó a esmerilar sus ganas de trabajar.
La ganancia del trabajo quedaba en manos del empleador.

Para contrarrestar esas nuevas relaciones laborales sobrevino una segunda postura que estatizó las empresas intentando volver a equilibrar la sociedad. Pero subestimó la valiosa actitud humana de trabajar para  prosperar.
El empleador pasó a ser el Estado y la ganancia de los trabajadores seguía confiscada.
Los laburantes tampoco podían prosperar trabajando lo que comenzó a destrozar sus ganas de trabajar.

Y ahora, una tercera postura, inspirada en la Doctrina Social de la Iglesia, hizo que el Estado cometa el mismo error que los emprendedores  de las primeras horas de la revolución industrial. Con el insólito Impuesto a los Réditos o a las Ganancias de las Empresas se vuelve a quedar con el fruto excedente de su personal. Este sistema que hoy rige en la gran mayoría de los países, podría denominarse genéricamente "populismo".


Los laburantes siguen sin poder prosperar trabajando lo que los pone a punto de la delincuencia.
Ya se olvidó de las ganas de trabajar.
La ganancia del trabajo está quedando en el Estado mediante el eufemismo de Impuesto a la Ganancia de la Empresa.
Obviamente que así no se resuelve el desequilibrio, sino que lo institucionaliza, contraviniendo el principal objetivo de los humanos que no es colectivo sino indudablemente individual:

Cada uno producirá más que sus consumos sólo cuando cobre la diferencia.

El trabajo es una mercancía muy particular:
Si se paga al costo, termina costando más que lo que vale.
Si se paga al precio, vale más que el precio.

Entonces ¿cómo podemos retomar el camino natural de la economía?
Será necesario utilizar el dinero del Impuesto a las Ganancias de las Empresas para participar al personal propio y de terceros de “esa” empresa. Ello significa volver a remunerar el trabajo por su precio y no por su costo. No respetarlo hizo que el costo del trabajo se haya vuelto MAYOR  que su precio y eso colapsó toda la economía.
Seguramente las provincias renunciarán a la coparticipación de este impuesto cuando adviertan que con esta  nueva ley lograrán pleno empleo en sus economías.


Vea el proyecto de ley completo
http://proyectoactitud.blogspot.com/2013/11/la-ley-que-acabara-con-el-populismo.html


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