miércoles, 28 de octubre de 2015

Francisco y la prosperidad

Nadie en latino-américa modifica legislación tributaria o laboral sin el aval del vaticano.
Sabemos que los pocos que se atrevieron quedaron desarticulados.


La autorización para hacerlo en cada época es resorte exclusivo del papa que tiene aval "divino" para modificar doctrina social.


Nuestro papa sabe que Jesús aconsejaba al pueblo multiplicar sus talentos, que prosperar es el mandamiento más olvidado de  los últimos siglos.

Por eso, Francisco le ruego que revise la doctrina social pues tiene algunas fallas que enumeraré y que la transforman en obsoleta.




Usted tiene la palanca correspondiente.


Creo que los siguientes aspectos de la doctrina social de la iglesia arrastran algunos anacronismos:


1. Para que la sociedad funcione armónicamente no es condición previa "mejorar" al ser humano, no necesitamos moderar su egoísmo, porque eso inmoviliza profundamente. Habría que esperar décadas, si fuera posible “mejorar” a todos las personas que intervienen en la economía. El ser humano común desde el génesis jamás mejoró. Nunca superó la ilusión del yo (ni lo hará) porque es es su motor de progreso.

2. Ya no impulse la "solidaridad obligatoria"
Los emprendedores y empleados más esforzados, son obligados a ser solidarios con los emprendedores y empleados menos esforzados. Produce abatimiento y haraganería.

3. Ya no instale la falsa idea de que la economía suma cero, es decir que lo que se dé a uno, se le debe quitar a otro. No es cierto. La economía es el arte de hacer que todos y cada uno de los integrantes de la sociedad produzcan más que lo que consuman.

4. Ya no aconseje "atender a las necesidades" de los empleados. Porque eso en realidad significa que se le pague sólo por lo que necesite y no por lo que haga. Es lo peor que ostenta la actual doctrina social porque la esclavitud no le sirve a nadie.

5. Ya no aconseje la confiscación de la tercera parte de los beneficios empresarios, a menos que sea para cumplir con el Art. 14bis de la Constitución Argentina.
Porque ese dinero no es otra cosa que la participación en las ganancias que debió cobrar el personal propio y de terceros de "esa" empresa.

6. Ya revisemos esa aseveración que decía que la pobreza era "una virtud".
Para el hombre común, para quienes aún no llegamos a ser a santos, la prosperidad es nuestra herramienta para crecer espiritualmente tal como enseña la parábola de los talentos que Jesús nos dejó con tanta claridad.

7. Gremios y cámaras ya no representan a nadie. No los indique como protagonistas de Diálogo Social.


Ya no hay espacio para errores Francisco.
Le ruego que revise la doctrina social y si considera que se puede mejorar, hágalo lo más pronto posible porque la degradación humana no deja de avanzar.


Si tiene ganas, me llama.
2804715195

miércoles, 7 de octubre de 2015

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