viernes, 8 de noviembre de 2019

¿Un cable desconectado?

Es preciso resolver la distorsión tributaria causante del desempleo y de la inseguridad que abaten a la sociedad.

Toda empresa está constituida por capital y personal. Y para generar ganancias necesita el concurso de ambos, proporcionalmente a sus respectivos costos.

Si la empresa es puro capital, es éste el mayor responsable en las ganancias. Y viceversa!

Por lo general, el capital tiene un costo anual (incluyendo interés, amortización, mantenimiento, seguros e impuestos) que duplica al costo anual de su personal (incluyendo cargas sociales)

Eso implica que las dos terceras partes de las ganancias conseguidas corresponden al capital puesto en juego. El resto es propiedad exclusiva de su personal!

Entonces, la Administración de Impuestos no debe considerar que lo que se tributa por ganancias (que es precisamente un tercio de las ganancias) sea un tributo del empresario, ¡es un tributo no autorizado del personal de la empresa!

Lo que retiene el Estado es un tributo de los empleados de esa empresa, no de su empleador!

Porque es el dinero con que la empresa contaba para participarle ganancias a su personal, como lo consagra la Constitución Nacional.

Entonces el Estado no debió asignarlo a Rentas Generales.

Lo recaudado debió ser transferido anualmente al personal propio y de terceros de esa empresa, en un acto de estricta justicia.

Lo que cobre cada empleado podría además ser tomado a cuenta de su futura indemnización, con lo cual se potenciaría su compromiso con la rentabilidad.

Si al asalariado le pagas por lo que necesita, pedirá cada día más. Si le pagas por lo que hace, hará cada día más.

Estas nuevas relaciones laborales harían que la actitud del personal incremente su productividad y consecuentemente la rentabilidad de la empresa.

Entonces contratar personal no sería un riesgo sino un negocio para el empresario porque cada nueva persona motorizaría mayor rentabilidad.

Y disminuiría el desempleo!

El desempleo es uno de los mayores gastos del Estado, y una máquina de inseguridad, por lo que no necesitamos más argumentos para que se acepte esta propuesta!

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