Este blog revisa la doctrina social en vigencia y propone la Ley de la SINERGIA, el cambio que necesita nuestra sociedad orientado hacia una Cuarta Postura, hacia la filosofía de la libertad, también denominada la simbiosis productiva de capital y trabajo. Cuestiona la doctrina asistencialista que es una especie de dogma artificial, y propone la Doctrina de la Ganancia, inspirada en la parábola de los talentos. Ing. Néstor González Loza Argentina WhatsApp +54 9 280 4715195
domingo, 13 de enero de 2013
martes, 16 de octubre de 2012
La
Cuarta Postura, o Doctrina de los Talentos nos invita a cumplir con el
principal objetivo humano, a beber de nuestra única fuente de felicidad
sostenible que últimamente ha permanecido oculta debido a doctrinas
colectivistas.
Nos invita a cosechar el fruto de nuestro “árbol del
conocer y decidir”, con la precaución de no comerlo sino de utilizarlo
para el progreso.
La historia reciente de las relaciones laborales
ha ido en sentido contrario, lo cual ha puesto en riesgo global la
existencia humana, pero sobre todo ha hecho que la humanidad pierda
posiciones hacia su status anterior.
Quizás muchos no sepan que el
"árbol del conocer y decidir" nos viene de antes y se metió en nuestro
cuerpo recién nacido cuando comenzamos a respirar.
Adquirimos un zodíaco, y un sexo que por lo general es el mismo que teníamos antes.
Antes de la primera respiración no existe el "yo", es decir no hay persona.
Muchos se preguntarán..., si era otro nombre y otro cuerpo, ¿qué me trajo mi persona de otro cuerpo a éste?
Me trajo lo principal, sus excedentes, es decir todo lo que hizo la persona por encima de lo que le consumió a la sociedad.
Si esa cuenta da positivo, nos sigue la buena suerte. Si es negativa, nos sigue la mala suerte.
La Cuarta Postura ha desnudado el punto preciso donde reside el poder del populismo y sabe cómo desactivarlo.
Al dinero que los patrones quitaban a sus empleados no haciéndolos
partícipes de sus ganancias ni en las mejores rentabilidades, el
populismo se lo quitó en la década del 40.
Inventó para eso el
Impuesto a las Ganancias de las empresas, y aunque es relativamente poco
dinero lo utiliza con un objetivo sicológico: Abate a los esforzados
que podrían hacerle frente y envalentona a los indolentes que terminan
gobernándolos.
Para poder elegir un nuevo presidente, el 8 de
Noviembre apoyaremos al partido que prometa asignar ese dinero al
personal propio y de terceros de cada empresa. Ello compatibilizará
objetivos y esa nueva actitud de los empleados acabará con el desempleo,
porque contratar personal será la mejor inversión.
Al impuesto a las Ganancias de las empresas lo pagan exclusivamente quienes no tienen capital alguno.
BASTA DE POPULISMO
Antes de la primera respiración no existe el "yo", es decir no hay persona.
Muchos se preguntarán..., si era otro nombre y otro cuerpo, ¿qué me trajo mi persona de otro cuerpo a éste?
Me trajo lo principal, sus excedentes, es decir todo lo que hizo la persona por encima de lo que le consumió a la sociedad.
Si esa cuenta da positivo, nos sigue la buena suerte. Si es negativa, nos sigue la mala suerte.
La Cuarta Postura ha desnudado el punto preciso donde reside el poder del populismo y sabe cómo desactivarlo.
Al dinero que los patrones quitaban a sus empleados no haciéndolos partícipes de sus ganancias ni en las mejores rentabilidades, el populismo se lo quitó en la década del 40.
Inventó para eso el Impuesto a las Ganancias de las empresas, y aunque es relativamente poco dinero lo utiliza con un objetivo sicológico: Abate a los esforzados que podrían hacerle frente y envalentona a los indolentes que terminan gobernándolos.
Para poder elegir un nuevo presidente, el 8 de Noviembre apoyaremos al partido que prometa asignar ese dinero al personal propio y de terceros de cada empresa. Ello compatibilizará objetivos y esa nueva actitud de los empleados acabará con el desempleo, porque contratar personal será la mejor inversión.
Al impuesto a las Ganancias de las empresas lo pagan exclusivamente quienes no tienen capital alguno.
BASTA DE POPULISMO
viernes, 31 de agosto de 2012
El individualismo ¿motor social?
¿Qué puede hacer el gobierno para poner en marcha nuestro maravilloso motor y navegar?
Escuchen esta historia:
Un emprendedor se sentía capaz de generar 10 empleos y estaba evaluando un posible emprendimiento.
"Mi capital en el banco me está rindiendo bien (muestra un billete de $10).
Pero lo voy a sacar para comprar un galpón.
(Ahora utiliza billetes para poder graficar su discurso)
Si el emprendimiento me rindiera $20, es decir $10 más para amortizar, mantener, asegurarlo y tributar, me embarco.
Compraré el galpón y $50 de materias primas, a las que agregaré valor pagando $10 en total a mis 10 empleados.
Con esa conformación empresaria creo que puedo facturar lo suficiente para cubrir todos mis costos.
Repasemos: ¿Cuánto debo facturar para salir derecho?
$50 de materia prima, $20 para poner mi capital a resguardo y $10 para pagar al personal".
Así fue que instaló su negocio y funcionaba tan bien que muy pronto llegó a facturar los $80 necesarios.
Sin embargo, pasado un tiempo se entusiasmó y quiso duplicar la renta que su capital percibiría en el banco. Además sus empleados estaban viviendo bien pero tampoco les sobraba nada.
De manera que se le ocurrió una idea. Entonces los reunió y les dijo:
"Si se esfuerzan un poco y desarrollan su creatividad, ambos sabemos que pueden producir mucho más.
Sin incorporar más empleados, en este mismo galpón y sin aumentar las horas de trabajo podrían producir el doble. Yo compraría el doble de materias primas y así podríamos facturar $160 en lugar de los actuales $80.
En caso de lograrlo me comprometo a lo siguiente:
De esa facturación retiraré los $100 para materias primas, los $20 pesos para salvar los costos de mi capital y los $10 para pagar vuestros sueldos; y entonces sobrarán $30 que voy a adjudicar proporcionalmente a los costos, es decir ustedes duplicarán su sueldo por efecto de esa participación en las ganancias.
Si producimos el doble, la ganancia será el doble para todos.
$50 y $50 para la materia prima,
$20 para mis costos y $20 para mí,
$10 para sus sueldos y $10 más como premio.
Y si produjésemos el triple, la ganancia sería el triple para todos!
Todo lo que lográsemos por encima de la producción de equilibrio, ¡sería nuestro!"
En medio del entusiasmo, uno de sus empleados intervino:
"Estamos dispuestos a hacer el esfuerzo y a poner a disposición de la empresa toda nuestra creatividad, pero quizás esta nueva actitud de ambos podría tener un castigo fiscal. Porque de los $30 que sobran, a usted le cobrarán $10 como impuesto a las ganancias. ¡Qué casualidad! Pareciera que precisamente fueran nuestros futuros $10"
El empresario advirtió entonces que para participar a su personal tendría que resignar de su propia ganancia y dijo:
"¿Cómo? ¿Ustedes trabajarán más y los únicos que se beneficiarán serán esos indolentes que viven del Estado?".
Entonces el empleado protestó.
"¿Se da cuenta por qué nosotros nos hemos convertido en una carga? Ya no somos un recurso. Dejemos todo como está. No nos molesta tanto vivir sin esperanzas, pero no nos exija esfuerzo adicional. Los economistas nos han tomado por idiotas".
"Podemos hacer algo mucho mejor", dijo el empresario. "Le pediremos al Estado que a esos $10 que nos sacaría los deposite en vuestras cuentas de ahorro, porque eso les va a acarrear beneficios impensados, no sólo a ustedes sino al Estado. Vean por qué:
Yo como empresario voy a duplicar la renta de mi capital y eso hará que a corto plazo piense en encarar un nuevo emprendimiento con 10 empleados más. Si eso fuese imitado por todas las empresas, el desempleo, que tanto le cuesta al Estado sencillamente desaparecería. Desaparecido el desempleo, la sociedad resuelve todos sus problemas.Todo lo malo que nos sucede hoy se arreglaría mágicamente. Y al Estado en todos sus niveles le sobrarían fondos hasta para poner a los empleados públicos al nivel de los empleados privados".
Escuchen esta historia:
Un emprendedor se sentía capaz de generar 10 empleos y estaba evaluando un posible emprendimiento.
"Mi capital en el banco me está rindiendo bien (muestra un billete de $10).
Pero lo voy a sacar para comprar un galpón.
(Ahora utiliza billetes para poder graficar su discurso)
Si el emprendimiento me rindiera $20, es decir $10 más para amortizar, mantener, asegurarlo y tributar, me embarco.
Compraré el galpón y $50 de materias primas, a las que agregaré valor pagando $10 en total a mis 10 empleados.
Con esa conformación empresaria creo que puedo facturar lo suficiente para cubrir todos mis costos.
Repasemos: ¿Cuánto debo facturar para salir derecho?
$50 de materia prima, $20 para poner mi capital a resguardo y $10 para pagar al personal".
Así fue que instaló su negocio y funcionaba tan bien que muy pronto llegó a facturar los $80 necesarios.
Sin embargo, pasado un tiempo se entusiasmó y quiso duplicar la renta que su capital percibiría en el banco. Además sus empleados estaban viviendo bien pero tampoco les sobraba nada.
De manera que se le ocurrió una idea. Entonces los reunió y les dijo:
"Si se esfuerzan un poco y desarrollan su creatividad, ambos sabemos que pueden producir mucho más.
Sin incorporar más empleados, en este mismo galpón y sin aumentar las horas de trabajo podrían producir el doble. Yo compraría el doble de materias primas y así podríamos facturar $160 en lugar de los actuales $80.
En caso de lograrlo me comprometo a lo siguiente:
De esa facturación retiraré los $100 para materias primas, los $20 pesos para salvar los costos de mi capital y los $10 para pagar vuestros sueldos; y entonces sobrarán $30 que voy a adjudicar proporcionalmente a los costos, es decir ustedes duplicarán su sueldo por efecto de esa participación en las ganancias.
Si producimos el doble, la ganancia será el doble para todos.
$50 y $50 para la materia prima,
$20 para mis costos y $20 para mí,
$10 para sus sueldos y $10 más como premio.
Y si produjésemos el triple, la ganancia sería el triple para todos!
Todo lo que lográsemos por encima de la producción de equilibrio, ¡sería nuestro!"
En medio del entusiasmo, uno de sus empleados intervino:
"Estamos dispuestos a hacer el esfuerzo y a poner a disposición de la empresa toda nuestra creatividad, pero quizás esta nueva actitud de ambos podría tener un castigo fiscal. Porque de los $30 que sobran, a usted le cobrarán $10 como impuesto a las ganancias. ¡Qué casualidad! Pareciera que precisamente fueran nuestros futuros $10"
El empresario advirtió entonces que para participar a su personal tendría que resignar de su propia ganancia y dijo:
"¿Cómo? ¿Ustedes trabajarán más y los únicos que se beneficiarán serán esos indolentes que viven del Estado?".
Entonces el empleado protestó.
"¿Se da cuenta por qué nosotros nos hemos convertido en una carga? Ya no somos un recurso. Dejemos todo como está. No nos molesta tanto vivir sin esperanzas, pero no nos exija esfuerzo adicional. Los economistas nos han tomado por idiotas".
"Podemos hacer algo mucho mejor", dijo el empresario. "Le pediremos al Estado que a esos $10 que nos sacaría los deposite en vuestras cuentas de ahorro, porque eso les va a acarrear beneficios impensados, no sólo a ustedes sino al Estado. Vean por qué:
Yo como empresario voy a duplicar la renta de mi capital y eso hará que a corto plazo piense en encarar un nuevo emprendimiento con 10 empleados más. Si eso fuese imitado por todas las empresas, el desempleo, que tanto le cuesta al Estado sencillamente desaparecería. Desaparecido el desempleo, la sociedad resuelve todos sus problemas.Todo lo malo que nos sucede hoy se arreglaría mágicamente. Y al Estado en todos sus niveles le sobrarían fondos hasta para poner a los empleados públicos al nivel de los empleados privados".
Toda acción humana busca una ganancia. Los asalariados primero la buscan poniéndose a favor de su empresa. Pero como no la encuentran, la buscan poniéndose en contra de su empresa.
Eso envenena a la sociedad y entonces los Estados tienen que tomar medidas populistas que terminan endeudándolos en forma impagable. Para salir de esta ciénaga, hay que utilizar el dinero del impuesto al beneficio empresario para participar al personal propio y de terceros de cada empresa.
Decimos "Siembra, y Cosecharás", pero la doctrina vigente dice, "Siembra, nosotros cosechamos pero cubrimos tus necesidades para que mañana estés dispuesto a seguir sembrando".
Eso no es sustentable y la gravedad de la situación generada por ese error, no merece comentarios.
La doctrina actual no aporta nada nuevo en la profundidad de las relaciones laborales.
Hay una nueva doctrina que creo sacará al mundo de esta crisis global. Ha sido expuesta ante muchos politicos con poder, muchos políticos sin poder, muchos economistas y la respuesta unánime y comprensible fue: Estás equivocado. Pero no les conviene que la sociedad se armonice.
Como dije al principio de este mensaje, es posible salir de esta crisis y para eso es importantísimo que usted ayude en la difusión de este libelo. Véalo nuevamente y analice si puede jugar ese importante rol.
http://proyectoactitud.com
sábado, 25 de agosto de 2012
Clasificación de las Escuelas
Amigos: Me gustaría hacer una pregunta para debate:
Las diferentes posturas en cuanto a sistema económico social pueden sintetizarse analizando profundamente el tratamiento que el Estado otorga a los excedentes de los emprendimientos, porque ello ubica al Estado con diferentes protagonismos en la economía.
No confiscar sobre excedentes empresarios configura la Primera Postura, y reserva al Estado a un rol de planeamiento estratégico de largo plazo. La administración de los excedentes queda exclusivamente en manos de los emprendedores.
Las diferentes posturas en cuanto a sistema económico social pueden sintetizarse analizando profundamente el tratamiento que el Estado otorga a los excedentes de los emprendimientos, porque ello ubica al Estado con diferentes protagonismos en la economía.
No confiscar sobre excedentes empresarios configura la Primera Postura, y reserva al Estado a un rol de planeamiento estratégico de largo plazo. La administración de los excedentes queda exclusivamente en manos de los emprendedores.
La Tercera Postura, no quiere tocar los excedentes que produce el capital pero administra los excedentes del personal involucrado, lo cual ubica al Estado en un rol subsidiario que debe correr detrás de los conflictos que inexorablemente su actitud genera .
La Cuarta Postura entonces propone una leve pero esencial variante: Confiscar la parte de los excedentes que corresponde al personal involucrado, pero para entregárselos, asignando en correspondencia con sus respectivos costos. Ello reserva al Estado a un rol de planeamiento estratégico de largo plazo. Pero la administración de los excedentes queda por fin en manos de los emprendedores y asalariados que los hubieran generado. El asistencialismo dejaría de ser necesario ya que la nueva actitud de los asalariados basada en la compatibilidad de objetivos con su empleador, haría que el desempleo fuese cosa del pasado. Entonces los recursos del Estado tomados exclusivamente sobre los patrimonios y consumos serían más que suficientes para el planeamiento estratégico
Si esa clasificación fuera correcta, ¿Cómo ubicarías tú a las distintas escuelas económicas que pugnan hoy por imponerse?
Si esa clasificación no fuera correcta, ¿Cómo las clasificarías tú?
Néstor
lunes, 20 de agosto de 2012
Carta Abierta a un Economista
Supongo comprenderás lo valioso que las evaluaciones profesionales como
la tuya resultan para mis investigaciones autodidactas, y por eso además
de agradecerte, te pido disculpas por mi curiosidad.
Mi objetivo como ingeniero, es encontrar la causa de los problemas de la sociedad, a la que considero naturalmente armónica, contrariamente a todo lo que he leído sobre economía.
Es decir, creo que los problemas sociales responden a errores fáciles de resolver y no a ambiciones que son por el contrario, motores del progreso. Sólo hay que encontrar esos errores en las relaciones de manera que puedan ser fácilmente aceptados por todos los protagonistas de la economía sin mengua de sus propios intereses.
En primer lugar, todo el espectro de sistemas que se han ensayado hasta el presente, se puede sintetizar en una característica esencial, que es su sistema de relaciones laborales. Eso es lo que determina si una sociedad tiende a crecer o a empobrecerse, en cuyo caso obliga a tomar infinidad de "medidas" inadecuadas para tapar el error como por ejemplo las medidas intervencionistas (p. Ej. Inflación, controles de precios, gasto público, regulaciones laborales, déficit fiscal, manipulación de la tasa de interés, etc.).
En ese sentido, la primera postura (no le pongamos nombres si querés je) fue no confiscar sobre los excedentes de las empresas, de manera que el emprendedor dispusiera de la transvalía de su personal, calculada como la diferencia entre lo que éste cuesta y lo que genera, intentando utilizar ese dinero para el progreso de la sociedad.
La segunda postura, luego de los conflictos que ello generaba, eligió confiscar ambas transvalías, la del capital y la del personal involucrados
He analizado profundamente cómo calcular ambas transvalías y así he elaborado un modelo matemático llamado transvalímetro que determina qué parte de los beneficios empresarios proviene del capital y qué parte proviene del personal de la empresa. Como ingeniero he encontrado que los excedentes de cada uno son proporcionales a sus costos, así que imaginarás lo fácil que es saber esa importante partición de los beneficios empresarios.
Ahí es donde encuentro que la tercera postura ha cometido el peor error en la historia de la humanidad, superando a los cometidos por las dos posturas anteriores.
Distorsiona tres conceptos y así se hace comprensible su "modus operandi".
Al mercado lo denomina capitalismo para así diferenciarse de la Primera Postura que no confiscaba sobre los excedentes de las empresas sino sólo sobre patrimonios y consumos.
A la plusvalía la llama "Impuesto a las Ganancias de las Sociedades" para así diferenciarse de la Segunda Postura, que confiscaba tanto los excedentes del empresario como los de su personal.
Esta transmutación de términos determinó relaciones laborales contra natura y eso abatió a los esforzados y envalentonó a los indolentes; y la crisis económica resultante la llevó a cometer el peor de los errores:
A su dictadura estatal populista le llama "solidaridad", obligando a transferir recursos de los esforzados hacia los indolentes, sin causa alguna que lo justifique.
La Tercera Postura no alcanza a entender que la verdadera solidaridad no es necesaria para que un sistema económico social funcione. Sólo hay que asignar los excedentes a quien los produce, tanto al empleador como a su personal.
Así se apodera de la transvalía del personal de todas las empresas, lo que es equivalente a comerse sus hijos. Y eso me hace acordar a eso de "no comas los frutos del árbol del conocer y decidir" porque es lo peor que puedes hacerle a la especie.
Con la culminación de la segunda guerra se incorporó en el subconciente colectivo la doctrina de los derechos del hombre como panacea, pero curiosamente su creciente adhesión acompaña como fantoche esta degradación moral de la humanidad.
Mi propuesta consiste simplemente entonces en utilizar el dinero del impuesto a los beneficios empresarios para participar al personal propio y de terceros de cada empresa. Ello modificará de tal manera la actitud de los empleados que pasarán a ser una especie de "cónyuge" de su empleador, y entonces contratar personal dejará de ser un peligro para pasar a ser el mejor negocio. Ello acabará con el desempleo a corto plazo, y con todos sus problemas.
Pero se complica difundirla porque hay un obstáculo metafísico: Muy pocos aceptan que componer la sociedad sea una cuestión de dinero. Creen que es una cuestión "moral" o "educativa". Ello es fruto de la degradación humana lograda por la citada doctrina dictatorial. Ha hecho que respondan sólo a sus mitos. Le han extirpado la razón a las mayorías!
Un abrazo y muchas gracias, porque ahora puedo seguir con mi investigaciones sobre una cuarta postura, que sospecho estamos a punto de encontrar.
Néstor
Mi objetivo como ingeniero, es encontrar la causa de los problemas de la sociedad, a la que considero naturalmente armónica, contrariamente a todo lo que he leído sobre economía.
Es decir, creo que los problemas sociales responden a errores fáciles de resolver y no a ambiciones que son por el contrario, motores del progreso. Sólo hay que encontrar esos errores en las relaciones de manera que puedan ser fácilmente aceptados por todos los protagonistas de la economía sin mengua de sus propios intereses.
En primer lugar, todo el espectro de sistemas que se han ensayado hasta el presente, se puede sintetizar en una característica esencial, que es su sistema de relaciones laborales. Eso es lo que determina si una sociedad tiende a crecer o a empobrecerse, en cuyo caso obliga a tomar infinidad de "medidas" inadecuadas para tapar el error como por ejemplo las medidas intervencionistas (p. Ej. Inflación, controles de precios, gasto público, regulaciones laborales, déficit fiscal, manipulación de la tasa de interés, etc.).
En ese sentido, la primera postura (no le pongamos nombres si querés je) fue no confiscar sobre los excedentes de las empresas, de manera que el emprendedor dispusiera de la transvalía de su personal, calculada como la diferencia entre lo que éste cuesta y lo que genera, intentando utilizar ese dinero para el progreso de la sociedad.
La segunda postura, luego de los conflictos que ello generaba, eligió confiscar ambas transvalías, la del capital y la del personal involucrados
He analizado profundamente cómo calcular ambas transvalías y así he elaborado un modelo matemático llamado transvalímetro que determina qué parte de los beneficios empresarios proviene del capital y qué parte proviene del personal de la empresa. Como ingeniero he encontrado que los excedentes de cada uno son proporcionales a sus costos, así que imaginarás lo fácil que es saber esa importante partición de los beneficios empresarios.
Ahí es donde encuentro que la tercera postura ha cometido el peor error en la historia de la humanidad, superando a los cometidos por las dos posturas anteriores.
Distorsiona tres conceptos y así se hace comprensible su "modus operandi".
Al mercado lo denomina capitalismo para así diferenciarse de la Primera Postura que no confiscaba sobre los excedentes de las empresas sino sólo sobre patrimonios y consumos.
A la plusvalía la llama "Impuesto a las Ganancias de las Sociedades" para así diferenciarse de la Segunda Postura, que confiscaba tanto los excedentes del empresario como los de su personal.
Esta transmutación de términos determinó relaciones laborales contra natura y eso abatió a los esforzados y envalentonó a los indolentes; y la crisis económica resultante la llevó a cometer el peor de los errores:
A su dictadura estatal populista le llama "solidaridad", obligando a transferir recursos de los esforzados hacia los indolentes, sin causa alguna que lo justifique.
La Tercera Postura no alcanza a entender que la verdadera solidaridad no es necesaria para que un sistema económico social funcione. Sólo hay que asignar los excedentes a quien los produce, tanto al empleador como a su personal.
Así se apodera de la transvalía del personal de todas las empresas, lo que es equivalente a comerse sus hijos. Y eso me hace acordar a eso de "no comas los frutos del árbol del conocer y decidir" porque es lo peor que puedes hacerle a la especie.
Con la culminación de la segunda guerra se incorporó en el subconciente colectivo la doctrina de los derechos del hombre como panacea, pero curiosamente su creciente adhesión acompaña como fantoche esta degradación moral de la humanidad.
Mi propuesta consiste simplemente entonces en utilizar el dinero del impuesto a los beneficios empresarios para participar al personal propio y de terceros de cada empresa. Ello modificará de tal manera la actitud de los empleados que pasarán a ser una especie de "cónyuge" de su empleador, y entonces contratar personal dejará de ser un peligro para pasar a ser el mejor negocio. Ello acabará con el desempleo a corto plazo, y con todos sus problemas.
Pero se complica difundirla porque hay un obstáculo metafísico: Muy pocos aceptan que componer la sociedad sea una cuestión de dinero. Creen que es una cuestión "moral" o "educativa". Ello es fruto de la degradación humana lograda por la citada doctrina dictatorial. Ha hecho que respondan sólo a sus mitos. Le han extirpado la razón a las mayorías!
Un abrazo y muchas gracias, porque ahora puedo seguir con mi investigaciones sobre una cuarta postura, que sospecho estamos a punto de encontrar.
Néstor
viernes, 16 de marzo de 2007
Principios
Se trata de un esquema económico latinoamericano que puede resolver el problema de la pobreza apelando a una energía inédita: la actitud de los asalariados.
Es realmente innovador y no colisiona con la doctrina social vaticana, salvo en que no hay una "instancia superior" a los emprendimientos productivos que "redistribuya" la riqueza.
Es la primera vez que un economista propone que cada asalariado administre los excedentes que genere. Anteriormente sugerían que a esta administración debía ejercerla el dueño del medio de producción, o el Estado, o alguna corporación de emprendedores, de profesionales o de asalariados.
En eso consiste su relevancia. Podrá ser la economía del tercer milenio y será probablemente adoptada en breve por todos los países. Es una propuesta innovadora que consiste en redireccionar el Impuesto a las Ganancias hacia el personal propio y de terceros de cada medio de producción, autorizando a empresas y autónomos a saldar todo ese impuesto mediante recibos de bonificaciones a todo el personal del emprendimiento, proporcionales a las remuneraciones. Ello será la clave para volver a generar excedentes en la economía y consecuentemente para poder crecer. Propone, en concreto, que el Impuesto a las Ganancias no sea para el Estado, sino para el personal de cada emprendimiento. De esa manera, todas las inversiones en producción serían más rentables; y empresarios y asalariados serían prósperos con su trabajo. El resto de los servidores de la comunidad crecerían en armonía con ella.
"Los objetivos de emprendedores y asalariados, podrían ser compatibles"
Con una ley así, habrá más inversiones, más ganancias, habrá progreso en todos los participantes de la economía, más rentabilidad de las inversiones productivas y recaudación máxima del impuesto al consumo. Se comenzará a recaudar lo que actualmente se evade.
Será un plan sustentable que atenderá los derechos de la mayoría de los participantes de la economía. El artificio de utilizar la valiosa estructura informática del Impuesto a las Ganancias, permitirá aprovechar esta oportunidad única de un nuevo sistema económico-social. Será además un acicate para que el personal de todas las empresas se comprometa con los resultados de su emprendimiento. Cuando millones de personas sepan que el impuesto a las ganancias de 'su' empresa será distribuido entre ellos, comenzarán a esforzarse más y a ser más creativos.
Se desdibujará el poder de falsos sindicalistas y de patrocinadores irresponsables de causas laborales injustas.
Se pondrá en acción al 100% de la población mediante este original mecanismo que motivará a todos hacia una misma dirección. La recaudación por Ganancias ha menguado en los últimos años.
Tanto Cuestas, Tanto se Espera de Ti
A pesar de que no se advierte aún, la rentabilidad de todos los emprendimientos está disminuyendo peligrosamente si se lo considera a valores constantes. Ello significa que la parálisis se está consolidando cada vez más.
Si decimos que al emprendedor "le corresponden" como mínimo los intereses, amortización, mantenimiento, seguros e impuestos inherentes a su capital inmovilizado, (pues para eso puso el emprendimiento) y si decimos que al asalariado "le corresponden" análogamente su remuneración y accesorios de ley, (pues para eso se levanta a trabajar cotidianamente), entonces, si después de haber pagado esos costos, quedan ganancias en el emprendimiento es porque sus participantes hicieron más que lo que se esperaba de ellos. Por ello es que las ganancias deben adjudicarse proporcionalmente a los mismos. Porque son esos costos lo único que puede llevarnos a determinar la potencialidad relativa de ambos: Tanto cuestas, tanto de espera de ti.
Se trata de la lógica aplicada a los naturales incentivos humanos a la acción. Estamos seduciendo a todos los partidos políticos para que incorporen este Proyecto Actitud en sus plataformas hacia las presidenciales 2015.
Es realmente innovador y no colisiona con la doctrina social vaticana, salvo en que no hay una "instancia superior" a los emprendimientos productivos que "redistribuya" la riqueza.
Es la primera vez que un economista propone que cada asalariado administre los excedentes que genere. Anteriormente sugerían que a esta administración debía ejercerla el dueño del medio de producción, o el Estado, o alguna corporación de emprendedores, de profesionales o de asalariados.
En eso consiste su relevancia. Podrá ser la economía del tercer milenio y será probablemente adoptada en breve por todos los países. Es una propuesta innovadora que consiste en redireccionar el Impuesto a las Ganancias hacia el personal propio y de terceros de cada medio de producción, autorizando a empresas y autónomos a saldar todo ese impuesto mediante recibos de bonificaciones a todo el personal del emprendimiento, proporcionales a las remuneraciones. Ello será la clave para volver a generar excedentes en la economía y consecuentemente para poder crecer. Propone, en concreto, que el Impuesto a las Ganancias no sea para el Estado, sino para el personal de cada emprendimiento. De esa manera, todas las inversiones en producción serían más rentables; y empresarios y asalariados serían prósperos con su trabajo. El resto de los servidores de la comunidad crecerían en armonía con ella.
"Los objetivos de emprendedores y asalariados, podrían ser compatibles"
Con una ley así, habrá más inversiones, más ganancias, habrá progreso en todos los participantes de la economía, más rentabilidad de las inversiones productivas y recaudación máxima del impuesto al consumo. Se comenzará a recaudar lo que actualmente se evade.
Será un plan sustentable que atenderá los derechos de la mayoría de los participantes de la economía. El artificio de utilizar la valiosa estructura informática del Impuesto a las Ganancias, permitirá aprovechar esta oportunidad única de un nuevo sistema económico-social. Será además un acicate para que el personal de todas las empresas se comprometa con los resultados de su emprendimiento. Cuando millones de personas sepan que el impuesto a las ganancias de 'su' empresa será distribuido entre ellos, comenzarán a esforzarse más y a ser más creativos.
Se desdibujará el poder de falsos sindicalistas y de patrocinadores irresponsables de causas laborales injustas.
Se pondrá en acción al 100% de la población mediante este original mecanismo que motivará a todos hacia una misma dirección. La recaudación por Ganancias ha menguado en los últimos años.
Tanto Cuestas, Tanto se Espera de Ti
A pesar de que no se advierte aún, la rentabilidad de todos los emprendimientos está disminuyendo peligrosamente si se lo considera a valores constantes. Ello significa que la parálisis se está consolidando cada vez más.
Si decimos que al emprendedor "le corresponden" como mínimo los intereses, amortización, mantenimiento, seguros e impuestos inherentes a su capital inmovilizado, (pues para eso puso el emprendimiento) y si decimos que al asalariado "le corresponden" análogamente su remuneración y accesorios de ley, (pues para eso se levanta a trabajar cotidianamente), entonces, si después de haber pagado esos costos, quedan ganancias en el emprendimiento es porque sus participantes hicieron más que lo que se esperaba de ellos. Por ello es que las ganancias deben adjudicarse proporcionalmente a los mismos. Porque son esos costos lo único que puede llevarnos a determinar la potencialidad relativa de ambos: Tanto cuestas, tanto de espera de ti.
Se trata de la lógica aplicada a los naturales incentivos humanos a la acción. Estamos seduciendo a todos los partidos políticos para que incorporen este Proyecto Actitud en sus plataformas hacia las presidenciales 2015.
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