sábado, 12 de octubre de 2013

¿Lo intentamos?

Aunque pocos lo expresan, vemos en nuestra ocupación cotidiana que los bienes y servicios que necesita la sociedad son producidos en una simbiosis de capital y trabajo.
Tal como los aportes que progenitor y progenitora realizan para engendrar un hijo y cuidarlo hasta su independencia, los excedentes son engendrados y cuidados hasta que se transforman en capital, que es la fase madura de los excedentes.
Pero además podemos ver que esa proporcionalidad de progenitores, no es "uno con una" sino aproximadamente un emprendedor con diez empleados.
Y otro dato interesante al momento de tomar en cuenta cómo se retro-alimenta ese virtuoso círculo es que aproximadamente las dos terceras partes de la producción en la mayoría de las empresas corresponde al trabajo del capital y el resto al trabajo del personal de la empresa.
Esto último se puede demostrar porque las dos terceras partes de las ganancias de las empresas son suficiente incentivo para los dueños del capital para continuar inmovilizándolo en esa empresa.
El resto de las ganancias, que correspondería al personal de esa empresa son confiscadas alegremente por los Estados sin que sus dueños adviertan siquiera que les pertenece.

De manera que podemos suponer que si este error se corrigiera, el mecanismo natural de producción se armonizará. Porque cuando cada uno administre los excedentes que genere, todos producirán más que lo que consuman, y eso acabaría con la pobreza y el desempleo.

Hasta el momento ningún país lo intentó, porque los gobiernos populistas consideran inadmisible re-asignar esa tercera parte de las ganancias de todas las empresas al personal propio y de terceros de esa empresa.

¿Lo intentamos?



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