lunes, 1 de abril de 2013

Carta de los Viejos


Vivimos en mundos diferentes por lo que tenemos que resignarnos a ver la realidad completamente diferente.
Pero ese mundo en el que ustedes viven, está colapsando.
Éste, en cambio, en el que vivimos los espíritus viejos que venimos desde el fondo de los tiempos, está cada vez mejor. Sigue su curso milenario sin sobresalto alguno.

¿Cuál es entonces el objetivo de molestar vuestra atención?

Ustedes nos producen los cuerpos y el progreso con métodos muy placenteros y parecidos.
Jamás imaginaron que vuestros hijos son animados por nosotros.
Jamás imaginaron que vuestros logros no son para ustedes, ni para sus hijos, ni siquiera para quienes compitieron por ellos. Son para nosotros.
Entonces nos vemos en la obligación de hacerles algunas observaciones
.
En nuestra humilde opinión vuestras fallas son sólo tres:

a- El trabajo, desde la revolución industrial, se remunera por su costo y no por su precio. (Recién hoy son capaces de encontrar la solución porque el dinero y la informática esán disponibles en el Impuesto a las Sociedades)

b- Se están incorporando a la humanidad hijos no deseados debido a la falsa convicción de que un espíritu humano se genera mediante cópula. (Recién hoy son capaces de encontrar una solución porque saben que la persona ingresa a un cuerpo recién con su primera respiración cuando adquiere conciencia de "yo")

c- Los gobiernos de la república se eligen sin una elección previa que permita clasificar a la humanidad. Los primeros cuatro escalones de la espiritualidad no son aptos para gobernar porque no han superado la ilusión del ego. (Recién hoy son capaces de encontrar una solución porque conocen los cuatro incentivos naturales a los que es necesario renunciar para pertenecer al próximo escalón
)

martes, 19 de marzo de 2013

Doctrina de los Talentos


Intentaré resumir la Doctrina de los Talentos, o Cuarta Postura, para hacerla más comprensible:

a- Se nos ha incorporado el "árbol del conocer y decidir" para que colaboremos en la tarea creativa.

b- Su fruto es ese excedente entre lo que producimos y lo que consumimos, que es lo que nos diferencia del resto de las especies porque genera el progreso.

c- Se nos indica (mediante revelaciones, especialmente mediante sueños a ser transformados en "escrituras sagradas") que ese fruto no debe comerse porque eso haría que el trabajo deje de ser la principal fuente de felicidad individual para convertirse en una carga obligatoria para la subsistencia.

d- La producción de excedentes es una tarea compleja, ya que es necesario el concurso de diferentes géneros para que el sistema económico sea verdaderamente efectivo. Entonces se han creado cuatro géneros básicos, diferenciados por incentivos diferentes y objetivos diferentes que producen esa felicidad. Son 600 asalariados buscando previsibilidad, 60 emprendedores buscando ganancias, y 6 líderes buscando prestigio… por cada místico buscando ser tenido en cuenta por su Dios.
Los cuatro objetivos son logrados por el trabajo en sus diferentes versiones.

e- Ese fruto que cada uno consigue buscando su felicidad no se pierde al morir, ya que se transforma en más ventura para la próxima vida. Ese proceso es conocido como "el reino de los cielos" o como "karma" en los diferentes idiomas.

f- Se dice "sobre mucho le pondré" a quien más rentabilidad logre en su búsqueda de felicidad y prosperidad. Y se nos pronostica "llanto y crujir de dientes" a quien no trabaja y entierra su fruto en lugar de, como mínimo, entregarlo a los banqueros para que rinda algún interés mínimo.

Como ven, la parábola de los talentos dice mucho más que lo que se sabía.

Una vez conocido el principal objetivo de los humanos, y cuyo apartamiento es la causa de este desequilibrio social, estudiemos cómo se produjo y cómo se retorna a la natural armonía social.

Este desequilibrio social apareció cuando el trabajo comenzó a remunerarse por su costo y no por su precio, cosa que primero perpetraban los emprendedores al encontrarse con la producción industrial, y ahora perpetra el Estado intentando resolver esa injusticia.
Obviamente que no la resuelve, sino que institucionaliza esa injusticia que contraviene el principal objetivo de los humanos que es un objetivo "individual":
a- Producir más que lo que consume en los primeros escalones espirituales y...
b- Consumir menos que lo que produce, en los escalones superiores, cuando el humano ya entiende que no es una identidad separada, sino tan sólo un miembro de Dios.

Entonces ¿cómo se retoma el camino natural de la economía?

Debemos utilizar el dinero del Impuesto a las Sociedades para participar al personal propio y de terceros de "esa" empresa, porque es volver a remunerar el trabajo por su precio y no por su costo.
Hagamos nada más eso, y el desempleo, la mayor paradoja de la actualidad, desparecerá en cuestión de meses.

jueves, 28 de febrero de 2013

¿Cuánto vale tu trabajo?



Para mayor simplicidad, este análisis se hará para un empleado de una fábrica de sillas pero puede generalizarse a cualquier otro empleo, con las adaptaciones convenientes.
Supongamos que la empresa en la que trabajas rigen los siguientes valores:
Cada silla tiene 
$50 de materiales y energía, 
$10 de sueldo del personal y 
$20 de “sueldo” del capital (son los costos que implica disponer del galpón y las máquinas, como mantenimiento, reparaciones y repuestos, seguros, impuestos, amortización y el interés que debe llevarse el dueño de esas cosas).
Si la empresa está en equilibrio, no gana ni pierde. Factura $80 por cada silla.


Pero si un día, a ti y a tus compañeros se les ocurriese producir dos sillas en el tiempo que hacen una y con las mismas máquinas, tu trabajo valdría un poco más.
El costo de
energía y materiales durante ese lapso  pasaría de $50 a $100. Pero se podrían vender dos sillas. Se facturarían $160.
Pero, como los costos de capital y personal serían los mismos $30, la ganancia de la empresa serían otros $30
Eso implica que tu decisión de esforzarte un poco más y desarrollar tu creatividad hizo aumentar el valor de tu trabajo. Si bien los costos de mantenimiento, amortización aumentan al doble, el dueño del capital puede cobrar el doble de interés y puede ahorrarse los costos de seguros e impuestos, porque se pagarían con la ganancia.
Pero obviamente tu trabajo ya no vale $10 sino $20.

¿Por qué nunca se te ocurre trabajar más de lo necesario?
Muy simple, porque de los $30 de ganancia, el Estado en su intención de “redistribuir” la riqueza mediante  esta “solidaridad obligatoria” confisca tus $10 como Impuesto a las Ganancias de "tu" empresa.
Pero si modificáramos las relaciones laborales, si el Estado depositara esos $10 en tu caja de ahorros, se te ocurriría más a menudo compatibilizar tus objetivos con los de tu empresa. Y se compatibilizarían los objetivos de empleador y empleado, lo cual haría que contratar personal deje de ser un peligro y vuelva a ser el mejor negocio. En cuestión de meses, se acabaría el desempleo.



Ten siempre presente que otro paga un precio por tu trabajo, pero tú percibes sólo el costo debido a que el Estado se queda con la diferencia.

En la generalidad de las empresas existe actualmente una situación intermedia entre el equilibrio y la doble producción.
El Estado, en Argentina recauda aproximadamente 60.000 millones anuales en concepto de ese Impuesto a las Ganancias de las Sociedades.
Si ese dinero fuera bien administrado, tú, en lugar de cobrar 13 sueldos por año, podrías cobrar 16 sueldos por año, aún con esta despreocupación por los resultados de tu empresa.
Pero cuando tu actitud se modifique, generarás más sueldos por año, como fruto exclusivamente de tu mayor esfuerzo y creatividad, dinero no se le sacaría a nadie, porque es tuyo.

lunes, 18 de febrero de 2013

La Cuarta Postura




UNA PROPUESTA IMPOSITIVA
·         1- Todo empresario sabe que si su empresa produce menos que lo que consume, se va a la quiebra. Pero también sabe que si produce más que lo que consume, encuentra el ansiado elixir del progreso individual.
Para que exista ese maravilloso par de incentivos “riesgo-placer” no es necesario que haya una ley que los establezca. La economía consiste precisamente en facilitar esos incentivos naturales para que espontáneamente se produzcan más recursos que los consumidos.
Esta propuesta impositiva pretende establecer esos incentivos, pero a todos los niveles de la sociedad.
Mediante una original ley pretende que las familias cuenten con incentivo similar, sin tener que quitarles recursos a las empresas, ni al Estado, y sin que nadie tenga que cambiar de trabajo ni resignar conquista social alguna.
Pretende que el esfuerzo extra y el desarrollo de la creatividad generen los recursos necesarios para que cualquier persona cuente con ese tándem de incentivos.
Casi todas las personas trabajan en algún  emprendimiento productivo motorizado por ese tándem, pero aún no se sienten motivadas.


·         2- Una vez, cierta especie animal comenzó a producir más que lo que consumía, porque quería progresar. Y tuvo así tiempos libres para dedicarlos a las ciencias y a las artes, y pronto surgieron infinidad de cosas novedosas que repotenciaron el proceso.
Sin embargo, no hace mucho tiempo apareció una falla:
Algunas de esas nuevas criaturas, debido a extrañas relaciones laborales, sabiendo que otros podían producir más que lo que consumían, se apoderaron de sus excedentes y dejaron de ser útiles, pues necesitaban de otros para subsistir.
Terminaron por debajo de las demás especies animales, que son todas perfectamente auto-suficientes. Pero además abatieron a los esforzados y envalentonaron a los indolentes, comenzando así un círculo vicioso que se profundiza constantemente.


·         3- Eso nos autoriza a sospechar que es conveniente volver al esquema anterior. Que la principal fuente de felicidad sustentable de cualquier individuo, vuelva a ser la satisfacción de ver el fruto de su propio “árbol”.
El ser humano encuentra mucho placer cuando logra progresar con esfuerzo.
Siente genuino orgullo al ver, por ejemplo, a sus hijos esperando un futuro mejor, como fruto del desarrollo del esfuerzo propio y de su creatividad.
Pero además podemos comprobar que los pocos que cumplen ese cometido tienen más ventura que el resto. Y que  quienes no lo cumplen parecen tener cada vez más desventura, cosa que se transfiere incluso a sus sucesores.


·         4- Bien, esta pequeña introducción era necesaria para enmarcar claramente esta inédita propuesta impositiva, porque es una opción fresca aún no debatida.
Supongamos por un momento que fuera posible un sistema así, donde la mayor recompensa vuelva a ser contemplar los excedentes logrados con esfuerzo propio, pues seguramente la ventura acompañará a todos por igual. La prosperidad sería general.
Hoy hemos llegado a esta etapa en la que parece que el ser humano ha dejado de ser sustentable, y quizás para encontrar la salida se nos exija algo de pensamiento lateral, una revisión profunda de nuestras convicciones, de nuestras doctrinas.




·         5- Desde la revolución industrial, la producción de bienes y servicios comenzó a ser colectiva. Antes, si alguien hacía una silla cobraba por una silla y si hacía dos sillas cobraba por dos sillas.
Pero desde ese momento, el trabajo comenzó a remunerarse sólo al costo, y no al precio. Porque hay un precio que otro paga por el capital y el trabajo insumidos al producir los bienes y servicios transables.
Sabemos que al principio, a esa diferencia se la quedaba el dueño de la empresa.
Pero luego, desde que algunas religiones comenzaron a tratar de reparar esa injusticia, e incursionaron en la economía y en la doctrina social, se instaló como efecto secundario, algo muy extraño y pernicioso:
El Estado, para “re-distribuir” la riqueza comenzó a apoderarse de una parte de las ganancias de las empresas. Y precisamente quizás de la parte que correspondía al personal de las mismas, de esa diferencia entre el precio y el costo del trabajo.
Comenzó a confiscar la tercera parte de las ganancias de todas las empresas; pero no sólo de las grandes sino hasta de las que sólo ocupan un solo empleado.
Es como si una mujer demandara al marido que la echó de la casa y se quedó con el auto del matrimonio. El juez recrimina al marido por su injusticia y le dice: “a usted sólo le corresponde la casa. Pero como su mujer no sabe manejar, me quedo con el auto. Cuando ella lo necesite la llevaré donde me pida”. Obviamente el juez espera determinado ritual. Es la misma aberración que comete el Estado con los empleados de todas las empresas.
Se inició así este colectivismo en las relaciones laborales que considera a la prosperidad casi como pecado. En lugar de resolver la injusticia, la doctrina social la institucionalizó.


·         6- Y la educación pública comenzó también a adoctrinar en ese sentido, con el slogan de la solidaridad “obligatoria”, un oxímoron buscando el bien común.
Hoy podemos suponer que fue un error grave.
Porque lo esencial en toda sociedad sigue siendo que cada integrante produzca más que lo que consume, porque eso lo hace feliz y venturoso y puede servir efectivamente a la sociedad.
No es tan bueno que un hermano me ayude; es mejor que yo vaya a pescar con él.
La felicidad y las ganas de trabajar jamás podrían ser colectivas. La felicidad es algo privativo, íntimo de cada individuo.


·         7- ¿Y qué habría que hacer entonces?
Lo primero que tenemos que hacer es aprovechar esa tercera parte de las ganancias de todas las empresas para poder remunerar el trabajo por su precio y no por su costo.
Debemos utilizar el dinero del Impuesto a las Sociedades para participar a su personal.
Ello hará que por primera vez se vuelvan compatibles los objetivos del personal con los de su empresa, y entonces la rentabilidad de las empresas crecerá, porque… ¡vamos! todos sabemos que los empleados, en general, no se esfuerzan más que lo necesario. Y sabemos además que evalúan boicotear al empleador mediante demandas laborales o sindicales, antes que intentar ser más eficientes y desarrollar creatividad para hacer que el trabajo rinda su máxima potencialidad.



·         8- Pero por sobre todas las cosas, con estas nuevas relaciones laborales lograríamos que contratar personal dejara de ser un peligro, y volviera a ser negocio.
Y que el mejor negocio fuera contratar personal en los pueblos porque estas  empresas con piloto automático, serían las más rentables debido a que allí los costos son menores.
Los recursos del Estado no se verían afectados. Antes bien, el Estado verá aliviado su abultado presupuesto de asistencialismo, porque el desempleo desaparecería en cuestión de meses.


·         9- Esto que proponemos es una “Cuarta Postura”, una opción fresca para salir de esta  ciénaga de la doctrina populista con la que nos hemos visto catequizados desde hace un siglo.
Estamos en condiciones de calcular exactamente el precio del trabajo en cualquier empresa, porque los recursos se generan proporcionalmente a los costos de capital y trabajo, que son bien conocidos.
La podríamos llamar también “Doctrina de los Talentos” porque está inspirada en la “parábola de los talentos” donde Jesús dice claramente “sobre mucho le pondré”, dice que se asignará más responsabilidad y ventura a quienes más rentabilidad obtengan de su esfuerzo propio y del dinero que con ello obtengan sus talentos.

Ing. Néstor González Loza





jueves, 14 de febrero de 2013

El fiasco de la solidaridad "Oligatoria"


Dicen que cuando Dios terminó de crear la última especie animal, su conciencia le dijo: Amigo, si quisieras retirarte a descansar. ¿Existirá ALGO que continúe creando cosas novedosas?
En eso estoy pensando amiga.
A la más linda de las especies animales le voy a poner un chip para que pueda observar el mundo exterior, investigar, buscar causas y efectos y tomar decisiones
como si tuviera libre albedrío, Y que pueda actuar en consecuencia.
Sin embargo me reservaré ciertos comandos. El chip será como árbol pues en última instancia responderá a las raíces que lo ligan a mí, pero tendrá ramas escudriñando el universo para poder conocer y decidir.
Creerá firmemente que tiene una identidad separada de mí y entonces actuará creyendo que todo lo hace para sí. Se llamará “yo” a sí mismo.
Imagínate entonces lo que sucederá: Comenzará a producir más que lo que consuma, para poder progresar. Tendrá tiempos libres para dedicarlos a las ciencias y a las artes, y de allí ¿qué crees que surgirán? Cosas novedosas como las que estuve haciendo hasta ahora.

“Puede no funcionar”, acotó su amiga. “En cuanto sepa que otros pueden producir más que lo que consumen, intentará quitarle algo a los más esforzados y dejará de trabajar. Será igual que cualquiera de las demás especies animales”.

Déjame terminar la idea amiga. Además del chip, haré que la única fuente de felicidad verdadera sea contemplar el fruto de su árbol. Su mayor placer será contemplar por ejemplo cómo, gracias su esfuerzo extra, sus hijos vayan siendo un poco mejor que él.
Pero no sólo eso, a los que cumplan mi cometido les vendrá buena suerte. Y a los que no lo cumplan, les vendrá mala suerte. Y esta suerte será transmitida a sus sucesores. Pero no deben comer ese fruto porque volverán a su status anterior.



Bien, todo esto era sólo una historia ficticia, pero supongamos por un momento que fuera así, supongamos que el mayor placer humano fuese contemplar los excedentes logrados con el esfuerzo propio, y supongamos que la suerte acompañara a los que lo logren.
¿Por qué creen que hemos llegado a una etapa en la que parece que todo funcionara al revés?

Desde la revolución industrial, la producción de bienes y servicios comenzó a ser colectiva. Antes si alguien hacía una silla cobraba por una silla y el que hacía dos sillas cobraba por dos sillas.
Pero desde ese momento, el trabajo se paga sólo al costo, y no al precio que se paga por el capital y por el trabajo que se consumió al producirlo.

Primero a esa diferencia se la quedaba el dueño de la empresa, pero desde que los papas empezaran a meterse en la economía y en la doctrina social, impusieron algo muy extraño: que el Estado se quedara con la parte de las ganancias de las empresas que correspondía al personal de la misma, para “re-distribuir” la riqueza.
Se comenzó a confiscar la tercera parte de las ganancias de las empresas.
Comenzó así el colectivismo también en las relaciones laborales. Y la educación pública también comenzó también a adoctrinar en ese sentido, con el slogan de la solidaridad “obligatoria”.
Pero es un error grave. La ley primera es que cada uno produzca más que lo que consuma, para ser feliz, para tener suerte y para servir efectivamente a la sociedad. No importa tanto que mi hermano me ayude, sino que yo vaya a pescar con él. La fuente de felicidad es algo privativo, e íntimo de cada individuo.

Lo primero que tenemos que hacer entonces es aprovechar esa tercera parte de las ganancias de todas las empresas para remunerar el trabajo por su precio y no por su costo.
Ello hará que se compatibilicen los objetivos del personal con los de su empresa, y entonces la rentabilidad de las empresas crecerá, porque… ¡vamos! Todos sabemos que los empleados no se esfuerzan más que lo necesario y que además su mente está más en boicotear al patrón que en desarrollar su creatividad para hacer que el trabajo rinda en su máxima potencialidad.

Y además, por sobre todas las cosas, contratar personal dejará de ser un peligro, será el mejor negocio. Y más negocio aún será contratar personal de los pueblos chicos porque como las empresas se auto-manejarán, serán más rentables.

Esto que propongo se llama “la Cuarta Postura”, una opción fresca para salir de la ciénaga de la doctrina populista con la que hemos sido catequizados desde hace un siglo.

Se llama también “Doctrina de los Talentos” porque está inspirada en la “parábola de los talentos” en la que Jesús dice que ubicará en puestos de más responsabilidad a quienes
con esfuerzo propio,  hagan rendir más su dinero. Y que les acompañará la suerte.

http://proyectoactitud.com

martes, 5 de febrero de 2013

El Beso del Príncipe

El mundo entero está dominado por ese establishment corporativo que, en connivencia con los poderes públicos, conforma una oligarquía público / privada que tiene cooptado el sistema en su beneficio y bloqueada la energía creativa del país.

Pero el problema de la sociedad de hoy no son esas personas que conforman las corporaciones, no son los empresarios ni son los políticos. Es la doctrina social, las relaciones laborales contra-natura que han hecho que contratar personal sea el peor de los negocios.

La solución no es homeopática. Cuando las mayorías consideran que el veneno que los dejó al borde de la muerte es el remedio para salir, estamos en serios problemas.
La buena noticia es que revertir una idea equivocada se puede lograr en un click.
Una nueva doctrina social puede instalarse inmediatamente y, en cuestión de meses, transformar la historia.

El desempleo es una paradoja, y como toda paradoja, resolverla es muy simple, sólo es cuestión de lograr el pensamiento lateral.

Estamos cautivos de nuestras propias convicciones.
Somos como Quijotes peleando contra enemigos construidos por nuestros propios desequilibrios.
El enemigo que nos ha dejado en el desempleo letal no son personas, son molinos que sólo existen en nuestras mentes, doctrinas con las que hemos sido catequizados prolijamente desde hace un siglo.

La sociedad no tiene problemas, la sociedad está intacta y reaccionará cuando el príncipe la bese.

http://proyectoactitud.com

domingo, 13 de enero de 2013

La Búsqueda Infernal

Como bonus track de esta investigación sobre una nueva doctrina social que encuentre nuevas relaciones laborales para salir de esta crisis terminal de la especie, se fueron encontrando algunos tesoros que me veo en la necesidad de compartir.


1- El famoso "árbol invertido" al que aluden varias escrituras, o "árbol del conocer y decidir", tiene ramas que rozan el universo físico y raíces que rozan a Dios. Ver esquema en mis participaciones anteriores.

2- Su tronco constituye el universo intermedio, y es una especie de link que se denomina persona, y tiene existencia trascendente y eterna.

3- Su fruto no es otra cosa que el progreso, es decir la diferencia entre lo que cada uno entrega a la sociedad y lo que toma de ella en el uso que se hace de ese "árbol". Esa relación de cantidades, un número natural comprendido entre 1 y 3, es revisada y calculada un instante después de nuestra última respiración, y nos impele a buscar un recién nacido apto para soportarla.

4- En esa búsqueda infernal debe encontrarse una familia con progenitores que tengan un número parecido para que la formación del recién nacido sea continuidad de la serie de nacimientos sucesivos que nos precede.

5- Pero además debe tener un zodíaco similar, cuyo escenario cósmico sea parecido al del muerto.

6- Y acá viene lo más curioso, debe tener un sexo similar al del muerto, porque lo único de la memoria que nos trasciende son nuestros deseos y aficiones más profundas, es decir la inclinación sexual, y demás deseos profundos como por ejemplo la capacidad musical o artística. Esto del sexo entonces suele ser resignado si las otras dos condiciones son aptas. Por eso los homosexuales tienen un número alto, es decir vienen de vidas en las que han entregado mucho a lo sociedad y han consumido poco y tienen gran conciencia artística. Un homosexual merece más respeto que el que reciben actualmente, y además, por su nivel espiritual tienen, por lo general mucha más facilidad para liderar que una persona normal.
No es casual que alcancen puestos de poder importantes o sean filósofos.
No es casual tampoco que la mayoría de los peluqueros, decoradores, modistos sean homosexuales porque tienen una compulsiva necesidad de embellecer.


7- Entonces esa interminable discusión sobre el momento en que un embrión se transforma en persona, se define indudablemente. Es con la primera respiración cuando se transfiere la percepción del yo.


Resumen del libro La Cuarta Postura

  La Cuarta Postura Prólogo En un mundo atrapado entre el conflicto de la derecha, la pobreza de la izquierda y la holgazanería del populis...