lunes, 30 de diciembre de 2013

¿Necesitamos gobierno?

El ser humano se diferencia de los animales por su ingobernable necesidad de progreso.

Antes de la revolución industrial, las diversas comunidades diseñaban una estructura gubernamental para cercar su "patria" y defenderse de los extranjeros, pero no para progresar. Porque el progreso siempre fue una meta que se alcanzaba naturalmente mientras a cada ciudadano se le remunerara proporcionalmente a sus esfuerzos y creatividades.

Antes, al que hacía una silla se le pagaba por una silla. Al que hacía dos sillas se le pagaba por dos.
La revolución industrial destruyó esa proporcionalidad. El trabajo comenzó a remunerarse al costo y no al precio.

Los gobiernos actuales, al diluirse el concepto de "patria" y de "extranjero" están dejando de tener objeto alguno.

Pero se vuelven imprescindibles porque desde hace 200 años el progreso no se logra, porque se ha destruido  su motor principal, cosa que ningún gobierno ha sabido restituir hasta ahora.

Los gobiernos actuales se han vuelto imprescindibles a causa de su propia ineptitud.

Para restituir el motor del progreso hay que restituir la proporcionalidad remuneración-producción, y hay buenas noticias: El instrumento está. El dinero está.





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